miércoles, 16 de noviembre de 2011

INGENIERIA CIVIL LAS TORRES GEMELAS

La construcción de las Torres Gemelas

¿Cómo se construyó un complejo tan gigantesco?
La clase de terreno en la que se hizo la construcción era particularmente difícil. De hecho, en el siglo XVIII la tierra sobre la cual descansaban las Torres Gemelas había estado bajo el río Hudson. Para el año 1890, sin embargo, el relleno de tierra había hecho de la zona parte de la isla de Manhattan. Así es que la excavación del lugar supuso la remoción de los desperdicios del relleno de varias generaciones, así como el sedimento del río Hudson cargado con obstrucciones subterráneas como muelles antiguos y partes de barcos.
Veintiún metros por debajo de estos residuos está la capa de roca a la cual había que asegurar los rascacielos. Así es que durante la excavación el problema fue impedir el desequilibrio de las calles y edificios adyacentes debido a lo inestable del terreno. Además, estaba la cuestión de cómo impedir que el agua subterránea se filtrara a medida que procedía la excavación. La solución fue la bañera.
El trabajo en la bañera comenzó aun antes de que se removieran los 164 edificios de la zona de catorce manzanas que ocuparía el World Trade center. Esta bañera era una enorme pared de cemento que se extendía hacia abajo y que fue fijada en el lecho de roca. La pared se extendía alrededor de la mayor parte del lugar de construcción, el cual en un tiempo había estado sumergido en el río Hudson. Para construir esta pared subterránea, un equipo de excavación hizo, sección por sección, una zanja de noventa centímetros de ancho hasta llegar al mismo lecho de roca. A medida que se removía el material excavado de una sección, se bombeaba dentro de la zanja una mezcla de bentonita, algo más consistente que una sopa de fideos. Esta mezcla detenía el agua del terreno y mantenía los costados de la zanja de modo que era innecesario el apuntalamiento. A continuación, armazones prearmados de siete pisos de altura hechos de acero reforzado se bajaban dentro de la mezcla. Entonces se alimentaba el hormigón armado al fondo de la zanja a través de una cañería, forzando la mezcla fuera de la zanja.
Finalmente, el resultado fue una pared subterránea de hormigón armado de noventa centímetros de ancho que se extendía por 945 metros alrededor del lugar que iba a ser excavado. La excavación ahora prosiguió dentro de esta gran bañera. En realidad era una represa de cuatro lados. Mantenía el agua afuera a medida que proseguía la excavación, más bien que mantener el agua dentro como lo hace una bañera corriente. Esta bañera era enorme. De su interior se excavaron más de 917 mil metros cúbicos de material, que fue arrojado al río Hudson para crear 9,5 hectáreas de terrenos nuevos.
A medida que proseguía la excavación, la línea de metro que cruzaba las obras en dos tubos de hierro fundido quedó al descubierto. Fue necesario solevantar y sostener los tubos mientras la excavación continuaba alrededor y debajo de ellos. Así es que los servicios del metro continuaron, como de costumbre, transportando más de 80000 pasajeros diariamente a través de la bañera aun mientras continuaba la excavación.
Con el tiempo, las vías fueron reubicadas debajo de lo que serían las Torres Gemelas, y los viejos túneles fueron quitados. En julio de 1971 se inauguró la nueva terminal ferroviaria del World Trade center. En este sótano de seis pisos también había un garaje para casi 2000 coches, con aparcamiento para los camiones, zonas de almacenamiento y espacio para tiendas y restaurantes.
Más adelante, los cimientos del edificio fueron hundidos en el lecho de roca. Y desde esa base, las Torres Gemelas se levantaron rápidamente. En el punto de mayor actividad de la construcción más de 3500 hombres trabajaron en el proyecto. El primer acero para la Torre Norte se colocó en agosto de 1968, y seis meses después comenzó el trabajo en la Torre Sur. Enormes grúas colocaron en su lugar grandes paneles de acero prefabricado de 20 toneladas. Estos formaron las paredes exteriores de las torres. Tan sólo para hacer las fachadas, se requirieron 200000 metros cuadrados de aluminio, que equivalen a lo que se necesita para cubrir 9000 hogares. Además, se requirieron 55800 metros cuadrados de vidrio para las 43600 ventanas que iban del suelo hasta el techo.
Diferente a los rascacielos convencionales, los cuales tienen en el interior las columnas que soportan el peso, las paredes exteriores de las torres llevaban la mayor parte del peso de los edificios. Las únicas columnas en el interior estaban en el centro, y contenían los ascensores. Los pisos tenían espacio abierto, libre de columnas.
Otra característica singular de la construcción eran los 125 ascensores en cada edificio. En los rascacielos convencionales, los pozos de ascensor sirven a todos los pisos. Esto consume grandes superficies de espacio del piso. El World Trade center dividió cada Torre en tres secciones, e introdujo un sistema de ascensores expresos y locales conectados por puntos de transbordo llamados vestíbulos celestes. Como resultado, los requerimientos de espacio para los pozos de ascensor se redujeron considerablemente.
Como todos sabemos, todo este producto de la ingeniería moderna fue hecho polvo el 11 de septiembre de 2001. Ahora se planea construir en la misma área en la que estaban las ya míticas Torres Gemelas varios proyectos: cuatro torres semejantes a las destruidas con una cúpula de cristal (a la que se le habrá añadido un pequeño bosque en memoria de las víctimas de los atentados del 11 S) cubriéndolas, y pequeños edificios de oficinas de baja altura.
Prescindiendo de qué otra cosa fueran, las Torres Gemelas del World Trade Center eran colosales. Cada torre tenía 110 pisos elevándose desde la acera 411 metros. ¡Casi medio kilómetro en el aire! Dominaban completamente el famoso perfil del conjunto de los edificios de Nueva York, hasta que fueron destruidas por un atentado terrorista el 11 de septiembre de 2001.
Pero no eran solamente sus tremendas alturas las que empequeñecían a los rascacielos circundantes. Con respecto a su enorme volumen, cada edificio era un cuadrado de 63 metros: casi media hectárea de superficie. Y puesto que los edificios se erguían en una sola línea, sin interrupciones, cada uno de los más de 200 pisos tenía aproximadamente media hectárea de superficie. Esa es suficiente superficie en cada piso como para más de nueve canchas de baloncesto profesional.
¿Cómo se construyó un complejo tan gigantesco?* La clase de terreno en la que se hizo la construcción era particularmente difícil. De hecho, en el siglo XVIII la tierra sobre la cual descansaban las Torres Gemelas había estado bajo el río Hudson. Para el año 1890, sin embargo, el relleno de tierra había hecho de la zona parte de la isla de Manhattan. Así es que la excavación del lugar supuso la remoción de los desperdicios del relleno de varias generaciones, así como el sedimento del río Hudson cargado con obstrucciones subterráneas como muelles antiguos y partes de barcos.
Veintiún metros por debajo de estos residuos está la capa de roca a la cual había que asegurar los rascacielos. Así es que durante la excavación el problema fue impedir el desequilibrio de las calles y edificios adyacentes debido a lo inestable del terreno. Además, estaba la cuestión de cómo impedir que el agua subterránea se filtrara a medida que procedía la excavación. La solución fue la bañera.
El trabajo en la bañera comenzó aun antes de que se removieran los 164 edificios de la zona de catorce manzanas que ocuparía el World Trade center. Esta bañera era una enorme pared de cemento que se extendía hacia abajo y que fue fijada en el lecho de roca. La pared se extendía alrededor de la mayor parte del lugar de construcción, el cual en un tiempo había estado sumergido en el río Hudson. Para construir esta pared subterránea, un equipo de excavación hizo, sección por sección, una zanja de noventa centímetros de ancho hasta llegar al mismo lecho de roca. A medida que se removía el material excavado de una sección, se bombeaba dentro de la zanja una mezcla de bentonita, algo más consistente que una sopa de fideos. Esta mezcla detenía el agua del terreno y mantenía los costados de la zanja de modo que era innecesario el apuntalamiento. A continuación, armazones prearmados de siete pisos de altura hechos de acero reforzado se bajaban dentro de la mezcla. Entonces se alimentaba el hormigón armado al fondo de la zanja a través de una cañería, forzando la mezcla fuera de la zanja.
Finalmente, el resultado fue una pared subterránea de hormigón armado de noventa centímetros de ancho que se extendía por 945 metros alrededor del lugar que iba a ser excavado. La excavación ahora prosiguió dentro de esta gran bañera. En realidad era una represa de cuatro lados. Mantenía el agua afuera a medida que proseguía la excavación, más bien que mantener el agua dentro como lo hace una bañera corriente. Esta bañera era enorme. De su interior se excavaron más de 917 mil metros cúbicos de material, que fue arrojado al río Hudson para crear 9,5 hectáreas de terrenos nuevos.
A medida que proseguía la excavación, la línea de metro que cruzaba las obras en dos tubos de hierro fundido quedó al descubierto. Fue necesario solevantar y sostener los tubos mientras la excavación continuaba alrededor y debajo de ellos. Así es que los servicios del metro continuaron, como de costumbre, transportando más de 80000 pasajeros diariamente a través de la bañera aun mientras continuaba la excavación.
Con el tiempo, las vías fueron reubicadas debajo de lo que serían las Torres Gemelas, y los viejos túneles fueron quitados. En julio de 1971 se inauguró la nueva terminal ferroviaria del World Trade center. En este sótano de seis pisos también había un garaje para casi 2000 coches, con aparcamiento para los camiones, zonas de almacenamiento y espacio para tiendas y restaurantes.
Más adelante, los cimientos del edificio fueron hundidos en el lecho de roca. Y desde esa base, las Torres Gemelas se levantaron rápidamente. En el punto de mayor actividad de la construcción más de 3500 hombres trabajaron en el proyecto. El primer acero para la Torre Norte se colocó en agosto de 1968, y seis meses después comenzó el trabajo en la Torre Sur. Enormes grúas colocaron en su lugar grandes paneles de acero prefabricado de 20 toneladas. Estos formaron las paredes exteriores de las torres. Tan sólo para hacer las fachadas, se requirieron 200000 metros cuadrados de aluminio, que equivalen a lo que se necesita para cubrir 9000 hogares. Además, se requirieron 55800 metros cuadrados de vidrio para las 43600 ventanas que iban del suelo hasta el techo.
Diferente a los rascacielos convencionales, los cuales tienen en el interior las columnas que soportan el peso, las paredes exteriores de las torres llevaban la mayor parte del peso de los edificios. Las únicas columnas en el interior estaban en el centro, y contenían los ascensores. Los pisos tenían espacio abierto, libre de columnas.
Otra característica singular de la construcción eran los 125 ascensores en cada edificio. En los rascacielos convencionales, los pozos de ascensor sirven a todos los pisos. Esto consume grandes superficies de espacio del piso. El World Trade center dividió cada Torre en tres secciones, e introdujo un sistema de ascensores expresos y locales conectados por puntos de transbordo llamados vestíbulos celestes. Como resultado, los requerimientos de espacio para los pozos de ascensor se redujeron considerablemente.
Como todos sabemos, todo este producto de la ingeniería moderna fue hecho polvo el 11 de septiembre de 2001. Ahora se planea construir en la misma área en la que estaban las ya míticas Torres Gemelas varios proyectos: cuatro torres semejantes a las destruidas con una cúpula de cristal (a la que se le habrá añadido un pequeño bosque en memoria de las víctimas de los atentados del 11 S) cubriéndolas, y pequeños edificios de oficinas de baja altura.
Simulación 3D sobre la construcción de las torres del World Trade Center de New York.
Curiosidades de las Torres Gemelas:
Las Torres Gemelas fueron levantadas en el año 1966 sobre un área de 6,5 Ha en las costas del Hudson.
En 1973 se inauguró oficialmente el edificio, aunque su construcción real no finalizó hasta 1975. Aunque el nombre real de esta obra arquitectónica era New York World Trade Center, en realidad, siempre fueron conocidas como Twin Towers (Torres Gemelas).
Las Torres Gemelas ostentaron récord de altura hasta el año 1974 que fueron destronadas por las Sears Tower de Chicago.
Las Torres Gemelas figuraban en cuarto lugar en el ranking de edificios más altos del mundo. Por encima tan solo se encuentran las Torres Petronas (Malasia) con 452 m de altura, las Torres de Sears (Chicago) con 443 m y la torre Mao Building (China).
La altura que alcanzaban las Torres Gemelas era de 417 m, aunque en realidad una de las Torres media 415 m, con 110 pisos.
La estructura de ambas torres respondía al tipo “tube in tube”, con el que se han construido más del 90% de los edificios de altura en las tres últimas décadas. Este sistema organiza el núcleo central del conjunto de ascensores y escaleras como una rígida columna vertebral resistente (tubo interior), encargada de soportar la mayor parte de las cargas verticales y establece la fachada como una malla metálica estructural (tubo exterior), aprovechando la anchura del edificio como brazo de palanca para compensar las tensiones y las deformaciones originadas por el fuerte viento reinante a una altura de 400 m (donde se pueden alcanzar hasta 200 km/h).
Las Torres Gemelas asumían oscilaciones superiores a los 4 m en su planta 110.
El núcleo central de las Torres Gemelas era un cuadrado de columnas de acero bastante juntas y recubiertas por cemento. Yamasaki decidió colocar en esta parte los elementos comunes o de servicio del edificio como las escaleras, ascensores, cableados.
Sesenta pilares de acero, separados un metro, recorrían cada una de las fachadas de las Torres de arriba abajo. Una malla de 48 pilares, también de acero y separados un metro, conformaban el núcleo central del edificio.
con ventanas de cristal y pilares metálicos formaban una fina urdimbre que ofrecían una imagen de solidez al ser observada desde un entorno próximo.
Las torres gemelas como objeto arquitectónico: cómo se hicieron, cómo estaban construidas, cómo funcionaban, cuáles eran sus principales aspectos de diseño. La historia temprana del World Trade Center narrada por Minoru Yamasaki, su autor.
Fases de construcción de una de las futuras torres de 110 pisos del World Trade Center.






“Proyecto y construcción”* Por Minoru Yamasaki**
“Para la supermanzana que integra todo el World Trade Center realizamos más de un centenar de esquemas, con sus correspondientes planos y maquetas. Hacia la versión cuarenta y tantos nos dimos cuenta de que estábamos en el buen camino, pero aun así elaboramos una veintena más. Después desarrollamos con detalle la idea de la gran plaza con los edificios de 110 plantas para presentársela a Mr. Tobin [Austin Tobin y al resto de los clientes; habían pasado unos quince meses desde que iniciáramos el proyecto. Nuestra propuesta se aceptó con entusiasmo, y entonces nos enfrentamos al enorme reto de diseñar los edificios en detalle. Lo más difícil fue proyectar las torres con la escala humana en la que creía, y dotarlas de los mejores avances de la tecnología moderna.
Uno de nuestros primeros problemas técnicos fue cómo excavar todo lo que necesitábamos, una gran superficie de unos 150 x 300 metros, que se extiende desde Greenwich Street hasta West Street, y desde Vesey a Liberty. Los ingenieros de la Autoridad Portuaria que iban a diseñar las cimentaciones nos dijeron que planeaban construir una pantalla de pilotes a lo largo del perímetro, a más de 10 metros de profundidad, y a continuación bajar los pilotes de las torres hasta la roca maciza que estaba a unos 22 metros bajo rasante. El emplazamiento presentaba un serio problema de nivel freático porque la superficie de West Street está menos de un metro por encima del río Hudson. La excavación podía hacer que tuviéramos el agua casi 10 metros por encima, o una presión lateral de más de 450 kilos por metro cuadrado en el fondo. Como las pantallas de pilotaje tienden a dejar escapar el agua como un cedazo, intentar bombearla fuera para poder excavar iba a ser terriblemente costoso, y además todavía había que llegar hasta los más de 10 metros donde se encontraba el granito macizo que sustenta ese área de Manhattan.
Supe instintivamente que podía haber una solución mejor, porque los ingenieros de la Autoridad Portuaria tienen mucha experiencia en la construcción de túneles bajo el Hudson, así como en el hundimiento de los tremendos cajones para las pilas de los puentes. A causa de mi oposición a este sistema, la discusión se prolongó varios meses, y hubo acuerdo en buscar otro mejor. El desaparecido Martin Kapp, uno de los ingenieros más capacitados del equipo, viajó por el mundo en busca de una solución, y la encontró en Milán, donde vio un paso subterráneo construido con un sistema conocido como ‘pared de lodo’ (slurry wall); aquello, pensó, podía ser la respuesta. Lo fue, y en lugar de bajar sólo los primeros 10 metros, se decidió llegar hasta la roca.
El slurry wall era un ingenioso sistema, perfectamente adaptable a una situación como la nuestra. Se usaba una especie de “cucharón” de doble pala para excavar una zanja en la tierra yendo a 21 metros o más de profundidad, hasta llegar a la roca para alojar el muro de hormigón. Se excavaron todas esas zanjas; lo que se extrajo se sustituyó por un material pastoso, una mezcla muy pesada de arcilla bentonita y agua, aproximadamente con el mismo peso específico que la tierra mojada. Eso mantenía la forma de la perforación, conteniendo la tierra y la alta presión del agua. A continuación, una armadura de acero prefabricada, de más de 6 metros x 21 de profundidad, se introdujo en la excavación. Se vertió hormigón en el fondo, y como el hormigón es más pesado que la mezcla de bentonita, ésta se elevó a la superficie, dejando un muro de hormigón armado de 0,90 metros de espesor anclado a la roca. Estos bataches de 6,70 metros de largo se hicieron y se ataron en un muro continuo, hasta que la totalidad de esa superficie de unos 150 x 300 metros estuvo rodeada por el sistema de “pared de lodo”. Así se podía perforar en seco, lo que era inmensamente más simple; el muro de hormigón se ancló a la roca con cables de acero, para que a medida que la excavación avanzaba hubiese menos peligro de que el muro fuese empujado en el agujero por la presión hidráulica externa. Suelo decir a menudo que en un día de verano, después de una temporada seca, podría haber cogido un cubo y una pala y retirar toda el agua superficial de aquella enorme excavación.
Cuando se completó la excavación se limpió la roca, y a ella se anclaron unas pesadas bandejas de acero bajo cada uno de los grandes pilares de acero que rodeaban las torres. Conforme se fueron terminando los forjados de los sótanos, se retiraron los anclajes del muro perimetral a la roca, y los forjados completos apuntalaron los muros de lodo. La Autoridad Portuaria me dijo que con este sistema habíamos ahorrado al menos 20 millones de dólares, con tres plantas de 46.450 metros cuadrados. Durante ese periodo, los trenes a Nueva Jersey que pasaban a través de la excavación se mantuvieron en funcionamiento.
La estructura de un rascacielos es un voladizo desde sus cimientos, y construir esa clase de voladizo para resistir importantes fuerzas de viento es el problema estructural básico de los edificios en altura. En Nueva York, esos momentos tienen lugar cuando un huracán del Caribe sube por la Costa Este. Pensamos que la mejor aplicación de la tecnología del momento era usar el muro exterior como estructura principal. Los edificios de Nueva York generalmente han usado aspas o cruces de San Andrés en sus núcleos centrales para soportar la presión del viento. Esto es ineficaz e incómodo, sobre todo en los edificios más altos: las aperturas necesarias para las instalaciones de escaleras, ascensores, ventilación, etcétera, impiden la continuidad del núcleo estructural. Usar el muro perimetral significaba emplear el sistema estructural más eficiente entre los disponibles (la totalidad del perímetro del edificio) como un fuerte tubo que actuaba en voladizo. En las torres del Trade Center, los muros exteriores se construyeron como vigas Vierendeel, con miembros verticales y horizontales; este tipo de viga puede ser tan eficiente como las atirantadas diagonalmente, pero parece más ligera y menos voluminosa, e interfiere mínimamente en la calidad de los espacios interiores.
Se realizaron completos estudios para el desarrollo de los criterios ingenieriles respecto al viento; y se usaron para ello dos túneles de viento: uno en la Universidad de Colorado y otro en Londres. Como parte del diseño para minimizar la inclinación de la estructura, los ingenieros encontraron el más ingenioso de los sistemas de amortiguación: uno que actúa en los extremos de las vigas de forjado como los parachoques en los coches. La masa de la piedra exterior en construcciones como el Empire State Building absorbe o amortigua una considerable cantidad de la energía del viento. En un edificio más ligero como es el nuestro, esa energía tiende a moverse más directamente al interior de la estructura. De ahí la necesidad de un sistema de choque-absorción. También este sistema necesita mucha menos estructura y se puede ahorrar en algo tan caro como el acero. Las torres se mueven unos 20 centímetros cada diez segundos con vientos de 160 kilómetros por hora, que es casi nada. En un artículo que leí hace algún tiempo decía que en los edificios neoyorquinos en torno a 60 plantas, el movimiento con vientos fuertes era tal que debían evacuar los últimos pisos. Esto nunca ha ocurrido en el Trade Center; y dudo que suceda a pesar de los vientos que soportan los tramos más elevados de las torres.
El tamaño modular de 3 pies, 4 pulgadas (101,16 cm), se eligió deliberadamente, con pilares de 18 pulgadas (45,72 cm) de ancho y ventanas más carpintería de 22 pulgadas (55,44 cm), para minimizar el vértigo que se experimenta en edificios con vidrios de suelo a techo. Estas ventanas son más estrechas que nuestros hombros; a menudo y desde un piso alto, he pegado la nariz cómodamente al cristal de la ventana para ver la plaza. Eso no puedo hacerlo en un edificio con vidrios de suelo a techo y parteluces de 5 pies (1,55 m) porque, aunque poseo experiencia con los rascacielos, padezco vértigo. Donde colocamos ventanas más anchas y con vidrio de suelo a techo insistí en usar una barandilla a la altura de la cintura para ofrecer sensación de seguridad.
La oficina pequeña estándar en Estados Unidos tiene algo más de 10 pies (3,04 m) de ancho; cuando se usa un módulo de 5 pies (101,16 cm), las oficinas tienen que tener 10, 15, 20 pies o más. Con el módulo 3 pies, 4 pulgadas hay un ancho de 10 pies para el tamaño de oficina básico, y así 13 pies, 4 pulgadas; 16 pies, 8 pulgadas; y 20 pies (4,34, 5,07 y 6,09 metros), ofreciendo gran flexibilidad en la disposición de las zonas de trabajo y haciendo el espacio más deseable desde el punto de vista del alquiler.
El Trade Center tiene aproximadamente un 30% de vidrio, mientras que la mayoría de los edificios de vidrio tienen en torno al 50%. Los pilares tienen 30,48 centímetros de profundidad desde el revestimiento exterior de aluminio al vidrio, lo cual da sombra a gran parte del cristal de las estrechas ventanas, especialmente en las fachadas sur y oeste, durante la mayor parte de las horas de trabajo. Esto ahorra mucha de la energía que precisa el aire acondicionado, y el bajo porcentaje de vidrio también reduce la necesidad de calefacción en invierno, en comparación con los edificios cristalinos construidos en los últimos años.
He oído muchos comentarios negativos acerca de la calidad de las vistas. El propósito de los edificios es ofrecer áreas de trabajo confortables y no ser observatorios. Las ventanas son lo suficientemente amplias y están lo bastante cerca unas de otras para ofrecer un panorama grandioso y no dar sensación de claustrofobia. He estado siempre en contra de los antepechos altos porque impiden que la gente que trabaja en puestos alejados de las ventanas vean la ciudad o lo que queda por debajo.
El 95% de la estructura total del edificio se diseñó con aceros estándar. El acero es mucho más fuerte hoy, lo que hace posible cubrir luces mayores. Usando esos aceros estándar, las torres tienen plantas libres desde el núcleo a los muros portantes exteriores, sin la interferencia de los habituales pilares interiores. En los muros de las torres del Trade Center, donde las caras interiores son bastante homogéneas, la proximidad entre los pilares de acero es parte del sistema de vigas Vierendeel. Estos pilares enfatizan asimismo la fundamental verticalidad de las torres, que es para mí expresión arquitectónica característica de la construcción en altura.
Y para la elección del material de los muros de cerramiento, cualquier edificio de gran altura construido ahora debe tener lógicamente una piel metálica ligera, ya que el peso de los muros de piedra, con la obra de ladrillo necesaria, impone un tremendo peso externo a la estructura y a costes innecesarios. Cuando se estaba diseñando el Trade Center, me llamó Fritz Cióse, el presidente de Alcoa, y me dijo: «Yama, entiendo que vas a usar acero inoxidable para el muro cortina de las torres.» Me reí y contesté que estaba pensando en ello. Entonces me preguntó: «¿Por qué? El aluminio es bastante más barato.» Entonces comenté que no me gustaba el color del aluminio estándar por ser demasiado frío, y respondió que podía cambiarse la composición de la aleación para que tuviera exactamente el grado de calidez que yo quisiera, usando nuevas tecnologías para superar los problemas de uniformidad del color de un panel a otro. Le dije que no quería un revestimiento, sino una nueva aleación que nos diera el color deseado a través del panel. Estuvo de acuerdo y los laboratorios de Alcoa empezaron a trabajar y nos ofrecieron varias pruebas de rosa, marrón y otros tonos. Le dije a Cióse durante ese periodo de pruebas: «¿Realmente piensas que unos edificios de semejante tamaño pueden ser rosados?» Se rió, y transcurrido un tiempo Alcoa halló una bellísima aleación de plata, cálida y luminosa, que fue la que se empleó en las torres del Trade Center y desde entonces en muchos otros edificios.
En los muros cortina de otros edificios he visto que muchos de los sellantes que se usan acaban fallando. Algunos se secan y resquebrajan con el sol, dejando que el agua entre en el edificio. No podía imaginar el mantenimiento continuo de casi 93.000 metros cuadrados de fachada en el Trade Center o en la necesidad de volver a sellar periódicamente. Consecuentemente, le pedí a los fabricantes del muro cortina que eliminaran el uso de sellantes, los cuales tenían que incluir en su oferta. Alcoa, que era el postor más bajo, se lo tomó muy en serio, y a su subcontrata, Cupples Products, se le asignó la responsabilidad de desarrollar y manufacturar el muro cortina. Cupples finalmente produjo un sistema de muro para el control del movimiento vertical que resulta de la expansión y la contracción del muro por efecto de los cambios de temperatura climáticos. Este ingenioso sistema emplea hojas de aluminio que tienen un considerable solapamiento. La presión del viento impide que el agua entre en los edificios. Como la presión en esas cavidades era igual a la del viento, se llamó “sistema de compensación de la presión”, y se desarrolló en Canadá. Así conseguimos tener el sistema de revestimiento más económico y ligero, y con menor necesidad de mantenimiento. Las juntas verticales entre los revestimientos de aluminio de los pilares y el bastidor fueron selladas por soldadura continua. Los revestimientos de los pilares, en U, actúan como acordeones y se encargan de controlar la expansión y contracción horizontal del muro cortina.
Desde que éste se construyó hace ya varios años no se ha desprendido ninguna ventana ni las fachadas de presión compensada han dejado entrar ni una gota de agua en el interior de las torres. En una fase temprana del proyecto Mr. Levy recomendó usar un sistema mecánico de limpieza de vidrios. Investigadores del Instituto Battelle y de AMF trabajaron para hacerlo factible.
Otra mejora tecnológica básica llegó de la mano del sistema de ascensores y sky-lobbies (vestíbulos elevados). La mayor pérdida de espacio en la construcción en altura resulta de las muchas columnas de ascensores que se elevan desde la planta baja. Para eliminar esto, dividimos cada una de las Torres Gemelas en tres zonas verticales. El tercio inferior está servido por un sistema habitual de ascensores de tamaño medio para 20 personas. Los tercios más altos están dotados de dos grupos de ascensores más grandes y rápidos llamados “lanzaderas”. Éstos, con capacidad para 55 personas, llegan hasta los sky-lobbies, y desde allí se cambia a ascensores convencionales. Así hay sólo dos paradas: una en la planta baja y otra en el sky-lobby al que sirve cada grupo de elevadores. Hubo algunas discusiones hasta que convencimos a la compañía Otis de que desarrollara los motores para estas nuevas cabinas. Desde el nivel del vestíbulo principal, un grupo de once lanzaderas recorren sin parar hasta el piso 44; las cabinas tienen puertas en cada extremo, de manera que el primer pasajero que entra es el primero que sale. Moviéndose a una velocidad de 487 metros por minuto, tardan pocos segundos en llegar a los skylobbies, y se emplean unos cuantos más en caminar hasta los ascensores locales que sirven al tercio medio de la torre. Las cajas para estos ascensores locales están apiladas sobre las cajas de ascensores locales más bajas, ahorrando espacio. Igualmente, un grupo de doce lanzaderas alcanzan el sky-lobby de la planta 78, que sirve al tercio superior de los edificios. Algunas lanzaderas especiales en cada edificio alcanzan sin paradas las plantas 100 y 70, que albergan un restaurante en la torre norte y un observatorio en la sur. Este sistema reduce considerablemente el volumen que requieren los ascensores. Comparados con los convencionales, que arrancan desde la planta baja, las lanzaderas y los sky-lobbies proporcionan plantas entre un 50 y un 60% más rentables.
Esta extensa descripción de la aplicación de tecnología contemporánea en el diseño del World Trade Center sirve para explicar los objetivos racionales a los que se aspiraba con las dos altísimas torres, con la gran plaza y con los edificios que las rodean. Esos hitos técnicos permitieron construir las torres a un precio similar al de edificios de oficinas convencionales de 50 o 60 plantas. Creo que el Trade Center es único. Las torres ofrecen vistas superiores, y el proyecto es una interesante mezcla de edificación baja y alta alrededor de un gran espacio abierto que es casi la tercera parte del conjunto.
A lo largo de los años he vuelto a proyectos realizados por nuestro estudio, encontrando que sus ocupantes han interactuado con el entorno construido; y se han hecho evidentes algunas experiencias singulares. Por ejemplo, siempre se pensó en situar un restaurante en lo más alto de la torre norte, pero las habilidades únicas del restaurador Joe Baum y del arquitecto Warren Platner han dado como resultado el maravilloso “Windows of the World”, probablemente el más excitante de los restaurantes. En cuanto a la delicadeza de diseño del Trade Center, que se ha criticado por ser “afectado”, a menudo cito a Emerson y su efecto sobre mi trabajo. Me formé en los años veinte y principios de los treinta, cuando el clasicismo era el tema del momento. Aunque a través de las arquitecturas históricas tradicionales aprendí lo que no es apropiado para nuestras actuales técnicas edificatorias, sus gráciles proporciones se mantienen hoy vigentes. La sensación de paz y permanencia es una parte esencial de los buenos edificios, y no se debe renunciar a la búsqueda de esas cualidades.
La planta general y la altura de las torres permiten disfrutar de zonas de trabajo confortables y de espacio libre a nivel de calle, y los avances técnicos descriptos permiten que sean competitivas respecto a otras edificaciones más bajas, ofreciéndonos la oportunidad de esponjar los centros urbanos. Creo que el Trade Center se verá y se disfrutará como uno de los lugares más emocionantes de Nueva York, que estoy seguro de que continuará siendo la ciudad contemporánea más maravillosa y estimulante del

Las Torres Gemelas

Estructura:

Las torres gemelas: “Wold trace center “fueron construidas con el objetivo de ser: más modernas, más altas y más vanguardistas que cualquier otro edificio, Leslie Robinson ,que así se llama el ingeniero jefe, con tan solo 34 años deseaba alzar el edificio más grandioso del mundo. Este edificio empezó ha construirse en el año 1966, que inauguro una nueva época en la arquitectura moderna.
Este edificio no podía ser como el Empaire estair buildin, se basaban en un sólido armazón de vigas, pero tenían un inconveniente: dejaban un espacio de 10 metros entre cada columna había espacio que se debía de aprovechar, Leslie Robinson tuvo una idea innovadora: consistía en trasladar todas las columnas interiores al exterior, y esto se hizo colocando una prieta fila de columnas de acero, de este modo las columnas exteriores soportaban gran parte de la carga del edificio, pero su misión más importante no era esta, esta estructura estaba hecha con el fin de soportar el empuje del viento. Para soportar este empuje el edificio debía curvarse ante el empuje del viento, para conseguir esto el acero de las columnas exteriores fue forjado expresamente para este edificio:
Para soportar el peso del edificio Leslie Robinson puso en el centro un núcleo de vigas de acero, aislado del resto del edificio, en este núcleo se hallaban las escaleras de seguridad y los ascensores.
Obviamente ni el núcleo de acero ni las vigas de acero podían sostenerse solo por eso Leslie Robinson puso en el suelo vigas de suspensión para suelos que unían ambos cuerpos, el Wold trace center se reduce a unas piezas de pequeña escala: las vigas de suspensión para suelos, las Torres gemelas no se hubieran tendido en pie si no hubiera sido por las vigas de suspensión: son unas pequeñas piezas que unidas unas con las otras formaban unas cadenas que permitían que el edificio se mantuviera en pie, pues unían el núcleo de acero con las vigas exteriores:
Las vigas de suspensión tenían un papel de la máxima importancia, sin ellas el edificio no se hubiese tendido en pie, su comportamiento esta hoy en el centro de las investigaciones de lo que ocurrió.
Si comparamos la estructura del Wold trace center con cualquier otro edificio destacarían fundamentalmente las vigas de suspensión, el núcleo de acero y las vigas exteriores de acero:
Tamaño:
En el siglo XX se intentaron hacer edificios de más de 100 metros de altura, ya en el año 1890 se construye el Word building que alcanzaba los 94 metros de altura, el arquitecto: Yos Post. Este edificio dio pie a una nueva etapa de la arquitectura: la fiebre de la altura, este fue el primer rascacielos de todo el mundo.









Burjan y Rock construyen en 1892 el Maonic tempol, con 92 metrosde altura.
Un año más tarde ya se superan los 100 metros con el: Manhattan Live hecho por los arquitectos: Kinbal y Tonson.
En 1899 R.H.Rovinson contuyo el edificio Park Row Building con 118 metros de altura.
En 1909 se construye Metropolitan Live, que fue construida por Napoleón Levon.
Ya en 1930 se llegan a los 300 metros con el edificio Manhattan Company Building.
Empaire estair buildin construido en 1931 por el arquitecto Ser Lain llegando a los 381 metros.
En 1973 Wold trace center, que llegaron a los 417 metros y a los 515, con una antena de casi 100 metros, este edificio tenía más de 110 pisos, el arquitecto Leslie Robinson soñaba con construir el edificio más grande del mundo. Poco tiempo le duraría el record de altura ya que al año siguiente se inauguraban el edificio: Ias toor en Chicago que alcanzaron los 443 metros, los arquitectos: Brus Brajan.

Materiales:

a: Materiales de seguridad:

Uno de los materiales de seguridad fue una espuma que aislaba al material que cubrían del calor, esta espuma se uso por primera vez en el Wold trace center, fue una de las innovaciones introducidas en el Wold trace center. La espuma cubría todas las vigas de suspensión para suelos, se usaban en vez del hormigón pues eran muy ligeras y refractarias, esta espuma se acababa de patentar.










Otra de las innovaciones afecto a las medidas contra incendios: los módulos secos, se traban de placas de yeso, estas placas rodeaban y protegían el núcleo, estas módulos secos eran muy eficaces para contener incendios, pero eran poco resistente, estos módulos secos se usaban en vez que el hormigón pues eran muy ligeras, era importante que estos módulos resistieran bien pues protegían el núcleo.
Hay una anécdota que muestra la poca resistencia de los módulos secos: el 11 se Septiembre un grupo de personas que se hallaban dentro del ascensor cuando choco el primer avión, estaban en el piso 54, al chocar el avión el ascensor se paro, para escapar del edificio abrieron las puertas del ascensor, frente a ellos se hallaban los módulos secos. Entre las personas que estaban atrapadas se hallaba un lidiador de ventanas, el hombre cogió su limpia cristales y empezó a golpear el modulo, le quito la goma al limpia cristales para que fuera más fácil de romper, tras un rato golpeándolo le dolían las manos y se les resbalo el limpia cristales, el grupo de personas empezaron a golpear el modulo seco, así agrandaron el agujero y pudieron salir. Es curioso que la fragilidad de los módulos secos pudiera salvar a un grupo de personas, y por esa misma fragilidad muriesen a tantas personas.
b: Boening 707:

Las torres gemelas estaban diseñadas para soportar el choque de un avión, concretamente estaban diseñadas para soportar el choque de un boening 707 y soportar el impacto de tal forma en que el peso que se ejercía en la estructura dañada se repartiera por el resto de la fachada.
El boening 707 es un avión comercial con cuatro motores de reacción desarrollados por la compañía Boeing a principios del año 1950, 16 años antes de que se inauguraran las torres gemelas. El boening 707 fue diseñado por transcontinentales, es decir transportaba mercancía de continente a continente, estaba compuesto por un armazón 707- 202 con uno turborreactores más poderosos que los aviones anteriores. Tenía una capacidad de carga de unos 239 metros cuadrados y pesaba aproximadamente 115680 kilogramos, con una longitud de unos 47,32 m, era unos de lo aviones más grandes de la época.









BIBLIOGRAFIA



·         La Buhardilla, revista digital del IES María Guerrero http://centros5.cnice.mecd.es/ies.maria.guerrero/revista




http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=JZUp0_itmgQ

No hay comentarios:

Publicar un comentario